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REFLEXIONES

Posted in Reflexiones on 7 septiembre 2012 by Simples Letras

Este texto lo escribí hace tiempo y creo, es momento de compartirlo.

Durango, Dgo., 31 de diciembre de 2011

REFLEXIONES.

México pudiera ser el matiz  de una multiplicidad cultural que está más allá del entendimiento de quienes pisamos este suelo ensangrentado desde siempre. Nos hemos olvidado del valor que representa la cultura que nos da el alimento y la desdeñamos en la idolatría hacia el Dios que evoca el consumo desmedido.

Representa facilidad para muchos el poder criticar la amplitud de problemas que nos consumen y hasta que te encuentras en el flanco de observación en la espera de que tus palabras y actos fueran la solución a tantas tribulaciones, se da uno cuenta que ante el espectáculo que brinda la desolación, es mejor guardar un poco de silencio, para luego trabajar en actos claramente definidos.

Estudiar el rostro del sufrimiento de cualquier mexicano dará agallas para tomar las riendas; entender que aquel que pierde sensibilidad ante los rostros de la injusticia, es saber que en aquella persona casi todo está perdido, solo el hecho de ser lo que es, evita considerarle bestial, aunque lo sea.

El reclamo es grande sobre quienes se ubica la esperanza de poder establecer el paradigma de la nueva civilización, cómo no, si el titán a vencer es más grande que los de la mitología, puesto que lejos de ser cuento o diatriba, es real y sobre seres que lejos de vivir la vida existen para sobrevivirla, porque la naturaleza propia del ser es mantenerse vivo ante cualquier cosa, si no fuera así, la mitad se aventaría al abismo desolador de la muerte, sea por balas o cuerdas o navajas, de esas que matan, ahogan y cortan, no solo el cuerpo, sino el alma desolada.

Se acongoja el corazón solo de recordar los rostros e historias que más de vida, son de injusticia y olvido, que lejos de ser anécdota conmovedora, es conmovedora por ser la anécdota misma.

He visto pasar cuerpos sin alma a morir por la falsedad del poder que brinda un pedazo de metal que escupe estupidez que mata sin piedad a aquel que piensa lo mismo. Mi abuelo decía, que si no tuviéramos lengua, los problemas serían solo tropezar con las piedras del camino, esas que se pueden mover con el mismo pie que tropieza. Sin embargo, su fe me decía que las palabras convertirían la memoria en reclamo y el futuro en páramo desolado, qué sabio era el abuelo.

Es difícil, hasta cierto grado entender, más aún actuar, saber que tus actos deben revivir a aquel que va a morir por el hecho de sentir las lenguas de fuego que dan poder, es complicado y hasta frustrante. Si Joaquín Sabina escribió «Por el Boulevard de los Sueños Rotos», haciendo alusión  a este México, donde existen aquellos que pintan, componen y cantan, si aquel que es extranjero hace eso, porque el mexicano  de carne y hueso ya no canta, ni compone, ni pinta.

México, duele ver que tu música se canta para aludir la egolatría del placer que se siente matar al otro, como si fuese el tesoro del Moctezuma, cuya cobardía entrego un imperio, una historia y una civilización al extranjero que confundió con un Dios. Es como ahora, donde nos seguimos matando por el dinero y con las balas de quienes es placer ensangrentar pueblos a costa de mantener un calefactor o un motor con cuatro ruedas y circular por la tierra que también es robada.

Hasta el día, mexicano, que creas en ti como fuente de luz del Dios que te da la existencia y que tu valor como tal, es sagrado, hasta entonces sabrás que tu existencia se debe también al otro y al revés. Si podemos creer en que la diferencia se vive en la igualdad y la justicia, entonces estaremos preparados para componer la nación, que en pedazos dejaron aquellos que confundieron estudiantes con extranjeros, campesinos con monedas de cambio, indígenas con armas, sueños con insubordinación.

Mexicano, ¿has visto la lluvia caer en algún momento en los campos de los pobres, de tus pobres?. Cuando la lluvia sagrada con su presencia o ausencia castiga, por el simple hecho de caer del cielo o ausentarse, genera desesperación en primera por inundar una casa sin techo y en segunda, por no dejar alimento en la mesa con tres pies y dos sillas maltrechas.

Tu silencio es la metástasis del cáncer que consume esta nación, porque bajo él se cobija la injusticia. No cierres tus ojos a la realidad que heredas a tu descendencia, abre tu mente y cierra la pantalla. No te preocupes, mexicano, si no sabes leer o escribir, no te apures, mi abuelo apenas escribía su nombre y balbuceaba las palabras escritas, no sabía de Octavio Paz ni de filosofía, y aún así era sabio y el mejor ciudadano que he conocido hasta el día de hoy, coherente en todo y compartido en más que sus consejos. No ostentó cargos, pero votaba, no recibía apoyos del gobierno, pero trabajaba para no necesitarlos, vivía con lo necesario pero nunca le faltaba, festejaba cuando tenía que hacerlo y decía lo que tenía que decir en el preciso momento que se requería. El me decía que amaba tanto a su país, que qué clase de hombre sería si no tratara de cambiarlo, cuando menos, su comunidad. Fue en él, en quién aprendí lo poco que puedo hacer por mi país, lo demás, solo fue académico, pues fue su ejemplo que me enseño.

Todavía hay mexicanos como mi abuelo, cuando menos yo quiero ser así, acepto que me falta mucho, empezando por la fe, pero finalmente, aunque mi ojo sea estrecho me permite ver un poco de luz al final del túnel. Sentir que se camina a ciegas no es malo, es simplemente entender que no se conoce el nuevo camino, es entender que todo paso que se da es un terreno nuevo, algo que se tiene que conocer para poder guiar a otros y eso es lo difícil.

Muchas de las veces nos lleva tiempo entender, comprender y conocer algo a lo cual nos integramos, pero quien dijo que sería fácil, es doloroso, sí, porque tu alrededor espera a que florezcas para poder florecer también. Un árbol no florece en invierno, espera pacientemente, guarda energías, aprende del frio y toma de él lo necesario, para cuando llegue el primer día de primavera, en sus ramas se note la primera flor del fruto que dejará una semilla para perpetuar su estirpe. Un árbol se mantiene de píe incluso muerto, de esa fortaleza debemos tomar el ejemplo, para aún y cuando las balas, las palabras o los golpes maltraten nuestros cuerpos, podamos seguir de pie y caminando.

Lo que más duele puede ser el paso del tiempo, pues en él, la muerte se deleita en la espera paciente a que cada quien llegue al punto definitivo donde ella pasa plácida a recoger el bagazo que dejo una vida vivida sin placer, donde la herencia es la pérdida, la pobreza, la desolación. Es como aquellos que promueven la comunidad estando solos, que no son capaces siquiera de entablar la comunión elemental que todo ser humano posee por nacimiento, esa que permite la unión de un ser humano con otro, bajo el amparo de las estrellas y el cielo, esa unión que el mar arrulla con sus olas o el viento con su silbido, ¿qué podemos esperar de esas personas?, solo una comunidad mutilada, una prédica enrarecida, un cuento tribal que no encontrará eco ni en quienes lo cuentan.

Ser un buen ser humano, implica aceptar los errores y las limitantes propias del ser, pero entender también la grandeza de los pies con que camina, ser bueno por el simple hecho de serlo, porque ¿quién en sus cabales buscaría cortarse los dedos de las manos para no permitirse tocar otros rostros?. Sin embargo existen, no quien se corta los dedos, pero sí quién se los corta a los demás. Mexicano que vives con libertad, que has mal interpretado y hoy tu casa está más sucia que cuando se suponía vivías preso de la autoridad, es tu culpa y es preciso aceptarla, que el país que tienes es consecuencia de tu olvido, de tu desdén y tu descuido, todo cuanto veas en la calle es culpa tuya y de quien te gobierna, porque ni siquiera pides cuentas y cuando las pides, basta con entregarte un espejo sucio que refleja un rostro palidecido por lo que ve y que sin embargo no hace algo por limpiar el ojo que deja ver la verdad del enmudecido.

Simples Letras